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Las trampas para bajos son tratamientos acústicos diseñados específicamente para absorber las bajas frecuencias (aproximadamente entre veinte hercios y doscientos cincuenta hercios) en un espacio. Estas frecuencias son notoriamente difíciles de controlar, ya que tienen longitudes de onda muy largas y tienden a acumularse en las esquinas y a lo largo de las paredes, causando resonancias, «boomy-ness» (retumbos) y una respuesta de graves poco definida.
¿Qué son y por qué son necesarias?
Definición: Las trampas de Bajos son absorbentes acústicos diseñados específicamente para controlar las frecuencias bajas (graves).
Problema de las Bajas Frecuencias:
Longitud de Onda Larga: Las ondas sonoras de baja frecuencia tienen longitudes de onda muy largas (varios metros).
Modos Resonantes: En habitaciones, estas ondas largas tienden a «rebotar» entre las paredes, el suelo y el techo, creando modos resonantes (también llamados «ondas estacionarias»).
Consecuencias: Los modos resonantes causan picos y valles en la respuesta de frecuencia de la sala, lo que significa que algunas notas graves se escuchan mucho más fuertes que otras, y la respuesta de graves es desigual y «retumbante».
Objetivo de las Trampas de Graves: Absorber la energía de las bajas frecuencias para reducir o eliminar los modos resonantes y lograr una respuesta de graves más plana y controlada.
Tipos de Trampas de Bajos:
Absorbentes Porosos (de Banda Ancha):
Materiales: Paneles gruesos de lana mineral, fibra de vidrio, espuma acústica de alta densidad.
Funcionamiento: Absorben el sonido convirtiendo la energía sonora en calor por fricción dentro del material poroso.
Eficacia: Más efectivos cuanto más gruesos son.
Ubicación: Funcionan mejor en las esquinas de la sala, donde la energía de las bajas frecuencias se acumula.
Resonadores de Membrana (Absorbentes de Panel):
Construcción: Un panel delgado y flexible (madera contrachapada, MDF) montado sobre un marco con una cavidad de aire detrás. A menudo se añade material absorbente dentro de la cavidad.
Funcionamiento: El panel vibra a una frecuencia de resonancia específica (determinada por la masa del panel y la profundidad de la cavidad), absorbiendo energía sonora a esa frecuencia.
Eficacia: Más efectivos en un rango de frecuencias más estrecho que los absorbentes porosos.
Ubicación: Pueden colocarse en paredes o techos, no necesariamente solo en esquinas.
Resonadores de Helmholtz:
Construcción: Una cavidad con un cuello o abertura. Piensa en una botella.
Funcionamiento: Absorben el sonido a una frecuencia de resonancia muy específica (determinada por el volumen de la cavidad y las dimensiones del cuello).
Eficacia: Muy selectivos en frecuencia.
Ubicación: Depende de la frecuencia que se quiera tratar.
Características Clave de las Trampas de Bajos:
Absorción de baja frecuencia: Su característica fundamental es su capacidad para absorber ondas sonoras de baja frecuencia. A diferencia de los paneles acústicos estándar, que se centran en frecuencias medias y altas, las trampas para bajos están optimizadas para los graves.
Diseño robusto: Debido a las longitudes de onda largas de los graves, las trampas para bajos suelen ser más gruesas y voluminosas que otros tratamientos acústicos. Esto les permite interactuar eficazmente con las ondas sonoras de baja frecuencia.
Materiales absorbentes: Están construidas con materiales porosos y densos que convierten la energía sonora en calor a través de la fricción. Algunos materiales comunes incluyen lana de roca, fibra de vidrio de alta densidad, espuma acústica de celda abierta y madera contrachapada (en diseños resonantes).
Diferentes tipos: Existen varios tipos de trampas para bajos, cada uno con sus propias características y ventajas:
Trampas porosas: Son las más comunes y funcionan absorbiendo el sonido a medida que pasa a través del material poroso.
Trampas resonantes: Utilizan una membrana vibrante (como una lámina de madera) frente a una cavidad de aire. La membrana vibra en respuesta a ciertas frecuencias, absorbiendo la energía sonora.
Trampas híbridas: Combinan elementos porosos y resonantes para una absorción más amplia y eficaz.
Usos y aplicaciones de las trampas para bajos:
Las trampas para bajos son esenciales en cualquier espacio donde la precisión y la claridad del sonido sean importantes. Algunos ejemplos incluyen:
Estudios de grabación: Para lograr mezclas claras y equilibradas, es crucial controlar las frecuencias graves. Las trampas para bajos ayudan a eliminar resonancias y a crear un entorno de escucha neutro.
Salas de control: Similar a los estudios de grabación, las salas de control requieren una acústica precisa para tomar decisiones de mezcla informadas.
Home theaters: Para disfrutar de una experiencia de audio inmersiva, es fundamental controlar los graves. Las trampas para bajos evitan que los graves retumben o enmascaren otros sonidos.
Salas de escucha: Los audiófilos utilizan trampas para bajos para optimizar la respuesta de graves en sus sistemas de audio y disfrutar de una reproducción musical más precisa.
Espacios multiuso: Oficinas, restaurantes y otros espacios donde se requiere un control acústico general también pueden beneficiarse de las trampas para bajos para reducir el ruido y mejorar la claridad del habla.
Auditorios y salas de conciertos: Para asegurar que la música se escuche clara y definida en todas las butacas, es necesario controlar las bajas frecuencias mediante trampas para bajos.